El Plan inicial y las dificultades de entrada
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Editorial 2
Los primeros pasos. Años 2.020 y 2.021. El Plan inicial y las dificultades de entrada
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El Plan inicial, planteado por los abuelos de los Promotores, a finales del siglo XVIII, consistía en eliminar a la inmensa mayoría de la población mundial y quedarse sólo con los siervos necesarios para facilitarles la vida a ellos, los Elegidos. Y ello siguiendo los criterios sabiamente establecidos – según ellos – por el estudioso Thomas Malthus (1.766-1.834).
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El Plan equivalía a retornar a la Edad Media, torpemente destruida por la Revolución francesa. Y volver a establecer el dominio de los Señores sobre los vasallos, o siervos. Los siervos vivirían en los dominios de los Señores y les estarían sometidos en todos los aspectos. No tendrían apenas libertad, sólo en aquello que les permitieran sus Amos.
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El Plan maestro, para conseguir librarse de la mayoría de los pobladores del planeta, consistía en el uso de una “pandemia” ficticia. Con ella en marcha, se forzaría la vacunación de toda la Humanidad, todos los Continentes, todos los países. Para eso contaban con el apoyo indispensable de la OMS, donde habían colocado personas de su plena confianza.
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Los demás elementos dispuestos para ejecutar el Plan eran: El falso diseño de un Virus, de una prueba para el mismo, manipulable a voluntad, y unas falsas “vacunas”. Que realmente inoculaban una multitud de substancias que alteraban por completo el normal funcionamiento del cuerpo humano, ocasionando lesiones en todo el cuerpo. Cuando menos sano estuviea el receptor, más efecto letal producirían las inyecciones.
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Se habían preparado las oportunas licencias, para poder explotar el remedio único y milagroso, las “vacunas”. Los beneficios astronómicos – obtenidos al venderlas por todo el mundo – eran el aliciente para involucrar a algunas de las Grandes Farmacéuticas.
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Se había ensayado el proceso varias veces, desde 2.002. La dificultad primera era conseguir un número relativamente grande de muertes, sin contar aún con la vacuna. Tras varios intentos fallidos, el problema se resolvió gracias a las ondas electromagnéticas sobreexcitadas de la Telefonía móvil. Además de las habituales vacunas contra la gripe, añadiendo a las mismas substancias perjudiciales, sobre todo para los mayores de edad. Las antenas se instalaron, a lo largo de varios años, en las inmediaciones de casi todas las Residencias para mayores en el mundo occidental.
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Dicha combinación produjo el número de muertos suficientes para encerrar a la población en cuarentena – con lo que se creaba una atmosfera de miedo – y así hacer obligatorio el remedio, las vacunas
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Las primeras dificultades surgieron porque el panorama mundial había cambiado desde que iniciaron sus esfuerzos para poner el Plan en marcha. El papel hegemónico de los Estados Unidos se había deteriorado fuertemente, Estaba formándose un segundo Bloque, los BRICS. Grupo que pretendía disputar la posición hegemónica al gigante estadounidense, nación donde los Promoteores estaban muy bien implantados. No así en China, país dominante en el Segundo Bloque.
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Esto suponía una dificultad importante para la aspiración de los Promotores de despoblación de todo el planeta. Era vital que fueran todos los países. Que el Plan de despoblación fuera seguido por todo el Globo.
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Nadie debía quedar fuera. O, por ejemplo, China, densamente poblada y fuerte potencia militar, podría amenazar al resto del mundo, que hubiera disminuido su población tan severamente. E imponerse por la fuerza.
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Los Grandes Inversores. El Plan inicial y las dificultades de entrada.
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Felizmente, desde el punto de vista de los Promotores, los Grandes Inversores se sumaron con entusiasmo al Plan. Accedieron a colaborar en el apartado de las inyecciones letales. Y uno de sus principales dirigentes colaboró con una iniciativa propia, para castigar fuertemente a las Grandes petroleras, negándoles la financiación mediante una Carta “que se hizo viral”.
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Con ello favorecía una parte del Plan, consistente en promocionar las “Energías Verdes” y terminar con las “Energías sucias”, como el Carbón, el Gas y el Petróleo. Se le ofreció un puesto en el Consejo de Dirección del Foro de Davos. Las “Energías Verdes” estaban en sus primeros pasos de desarrollo, mientras que las otras estaban extendidas por todos los países, incluidos los más pobres. El Carbón era casi el único medio de producción de Energía al que los paises pobres podían acceder.
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Los Promotores no lo sabían, pero los Grandes Inversores se reunieron por su cuenta y, cuando, a través de los Directivos de las Farmacéuticas conocieron el Plan de despoblación mundial, se echaron las manos a la cabeza. “¡¡¡Esta gente está loca!!!”, exclamaron al unísono. “Pueden hacernos perder todos nuestros Clientes, y nuestras acciones no valdrán nada. ¡Lo perderemos todo!”
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Se forjó el acuerdo de entrar en el Plan, para controlarlo desde dentro. De ahí la iniciativa de la Carta, fingiendo favorecer el Plan que debían desmantelar. Al menos en su faceta de despoblación.
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Por su parte, los Promotoeres invitaron a entrar en su Club de adeptos – el Foro Económico Mundial – al Presidente de Rusia, Vladimir Putin. Con el objetivo de ganarlo para el Plan. Y que, una vez dentro, él atrajera al Presidente chino, personaje principal a involucrar. En un prinicipio ambos mostraron ser receptivos a las intenciones de los Promotores. Incluso acudierona a algunas reunionesw de Davos. Las cosa parecían pintar bien para los conspiradores.
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Continuará mañana.