Qué hacer ahora 33

Qué hacer ahora 33

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Qué hacer ahora 33

……….   Ya sé qué dejé el artículo 32 a medias. Pero hay una novedad  que es vital para nuestro propósito, que es parar esta locura. Y debemos darle todo el protagonismo que merece.

……….   El Sábado 10 de Julio se produjo una noticia que apareció en los periódicos del Domingo 11: “Fuerte  remodelación en el Gobierno de la nación.” Abandonan el Consejo de Ministros 7 miembros. Pero de todos ellos, las estrellas son tres. La Ministra de Asuntos Exteriores parece que era un gol cantado, tras el rifirrafe que se armó con nuestro vecino Marruecos.

……….   Pero los pesos fuertes tenían nombres propios, que aquí simplificaremos: La Vice Presidenta C.C., el Ministro de Transportes Aba-Padre, y el Consejero por excelencia, un tal Iván.  

……….   Aquí propondreremos una versión diferente a la oficial, como siempre habrá que hacer en los próximos meses. Al que quiera creer que ha sido un “reajuste para compensar el desgaste sufrido en estos dos últimos años”, lo dejaremos con su beatífica visión. Es un caso perdido y no merece la pena gastar tiempo en redimirlo. Pero permítasenos exponer lo que malvadamente pensamos que se oculta detrás.

……….   Todo habría empezado con la presentación de la Nueva Ley de Seguridad Nacional. Los malpensados insisten en que fue la gota que colmó el vaso. Vaso que ya estaba muy lleno.

……….   Pero es que ese Proyecto de Ley no era una gota, era una catarata. Y levantó ampollas en quienes tenían ya la piel muy sensible por acontecimientos anteriores. En quienes no estaban dispuestos a pagar las consecuencias de ideas que partían de círculos fuera del Consejo de Ministros. Y fuera de todos los Ministerios del Estado Español. Aunque no fuera de España, si se toma la palabra en sentido formal.

……….   Plantearon las objeciones en privado, a puerta cerrada, lejos del mundanal ruido. Pero la firmeza del líder no dejaba lugar a dudas: Había que tragar por el último mandato que había llegado del exterior. Y aunque para otros asuntos casi nunca coincidían los tres “objetores de conciencia”, para este asunto su afinidad era total: Habían pactado previamente que si no se lograba parar el asunto, presentarían con todo respeto su triple dimisión al Jefe del Ejecutivo.

……….   Aún tenía alguna esperanza, uno de ellos, de que el número jugaría a su favor y lo lograrían. Pero de nada sirvió el número. De forma que tras el órdago a la grande, presentaron la dimisión una tras otro.

……….   Pero al día siguiente los tres fueron llamados a consultas. Conjuntamente. Y se les dijo que su iniciativa había hecho reflexionar al Jefe y que había decidido ampliar el cambio a más miembros del Consejo de Ministros. Que iba a remodelar el Gabinete y que cesarían no sólo ellos tres, sino otros cinco Ministros más.

……….   Se le daría la forma de un “reajuste ministerial”, para disminuir la presión a la que había estado sometido todo el Gobierno en los dos últimos años. El compromiso debía ser no contradecir ellos, personalmente, privadamente, esa versión del problema. Y todos aceptaron. Más valía salir sin dejar enemigos detrás.

……….   Cuando los tres se reunieron en casa de una de ellos los comentarios volaban por los aires y se superponían parcialmente. Todos tenían mucho que decir. La distancia que los había separado en los últimos meses había desaparecido. Los tres estaban de acuerdo en que el Jefe estaba contra las cuerdas. Que era el Jefe de Gobierno al que más Cargos de primera línea se le habían escurrido por entre las piernas.

……….   Echaron cuentas. El Ministro de Sanidad, un Vice Presidente, dos Altos Cargos de Presidencia, otras dos Altos Cargos de Economía. Y ahora ellos tres. Total, nueve. Y con ellos el Jefe había gastado el único cartucho que tenía para aparentar que todo iba bien, que todo iba normal en el Gobierno, el reajuste ministerial.

……….   “Reajustes se hacen en todos los Gobiernos”, les había dicho en el intento  fallido de arreglo. Pero todos sabían – el Jefe también – que no podía repetir la operación “Reajuste”. O la Oposición – y con ella toda España – sabría que el Gobierno se descomponía a la velocidad del sonido.

……….   Un día antes, el Jefe se había reunido con los escasos todavía fieles y recibía sugerencias de la mejor manera de manejar la crisis. “Parece claro que hay que trazar políticas – decía el Juez – que engloben a los dimitidos. Por ejemplo, desplazar a los independientes. Sólo Ministros del Partido. Con ello queda justificada la ausencia del Asesor especial.”

……….   “Y convendría tal vez potenciar la presencia femenina en el Consejo de Ministros. La mayoría de los dimitidos son varones …”, repuso la Ministra europea. Pero su pensamiento real iba en la dirección de que ninguna mujer con mando autonómico o municipal haría ascos a un Ministerio. Y aguantaría mejor las incidencias del futuro, sería más fiel al Jefe que los hombres.

……….   Nadie atacaba el problema creado por Aba-Padre. Lo tuvo que hacer el Jefe: “Respecto al que falta por justificar …está claro que debe dejar sus cargos en el Partido. Con su negativa ha perdido toda mi confianza.”

……….   Los dos asistentes lanzaron “in mente” un suspiro de alivio. Lo demás sería ya fácil.

……….   “Ahora falta lograr un número de ceses suficientes como para poder llamar a esto “reajuste ministerial” …” añadió el Juez. Pareció reflexionar, pero lo tenía pensado desde hacía unas pocas horas. Las diferencias entre los tres y el Jefe se habían visto días atrás. “La responsable de Política Exterior, tras lo de Marruecos, es la candidata ideal y evidente.”

……….   Los otros dos asintieron.

……….   “Ahora faltan varios Ministros … poco lucidos en su operativa. No sé, se me ocurren Justicia, Ciencia y quizás …” dejó la continuación en el aire. La europea captó la señal.

……….   ”Y Educación y Cultura, diría yo.”

……….   “Me parece bien”, sentenció el Jefe.  

……….   Un dimitido, sin embargo, quiso justificarse: “En la vida, además de saber ganar, y saber perder, hay que hacer algo aún más importante: Saber parar.” Una alusión a los que se quedaban.                                 

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