Qué hacer ahora 10

Qué hacer ahora 10

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Qué hacer ahora 10

 

……….   Hoy, amigo lector, tenemos una noticia muy buena. Es tan buena que vamos  a convertirla en guión cinematográfico. Porque la noticia escueta sabría a poco. Relataremos los hechos conforme previsiblemente  se produjeron. No daremos nombres, el lector los va a deducir en breve tiempo. Otros los dieron ya.

……….   Vamos a entrar en la mente de una persona. Una persona con una gran fortuna, que hasta cierto momento clave formó parte del contubernio. Nosotros comenzaremos nuestro relato en ese momento clave. De pronto, una chispa brotó en lo más profundo del cerebro de nuestro hombre. Algo, una voz que había oído pocas veces en toda su vida, ya larga, le gritó en silencio: “¡¿Pero qué estás haciendo?!”

……….   Y él musitó: “Dímelo tú.” Y dejó la mente en blanco. Llegaron entonces un aluvión de ideas, todas lúcidas, clarividentes, avasalladoras. “Estás labrando tu propia ruina.” Fue la primera centella. “En un mundo como el que apoyas, aun si triunfas, te arruinarás.” “El Plan que favoreces está condenado al fracaso, y ya está fallando.” “Los que han dimitido os delatarán, y eso será tu final.” Y finalmente: “Los Promotores lo saben, pero no os lo dicen.”

……….   Se hizo el silencio. La Voz sabía que su interlocutor acabaría el razonamiento. Y el dueño del periódico más antiguo de la capital de los Estados Unidos lo completó: Si la población se reducía drásticamente, las tiradas de su periódico se reducirían en igual proporción. Si, además, la población se empobrecía, la tirada aún caería más. El Plan arruinaría a la totalidad de Empresas del mundo. A la suya también.

……….   Pero había otra dificultad. Estaba anunciado el Evento “Cyber Polygon 2.021”. Le habían adelantado que sería una realidad. Sólo faltaba concretar cuándo. Y eso dependía de los logros de los asistentes a la reunión, convocada para el 9 de Julio.

……….   Sus especialistas le habían asegurado que sus máquinas de imprimir iban a sufrir serios problemas. Que inmunizarlas al “hackeo” proyectado era imposible. Y que arreglarlas posteriormente llevaría meses, ya que el Fabricante recibiría peticiones de todo el mundo.

……….   El Propietario se preguntó a su vez. “Entonces … ¿qué estoy haciendo?” Y se quedó desolado, comprendiendo lo lejos que había ido en un proyecto en el que todos los demás creían fervorosamente. Él se dejó arrastrar, no supo negarse. Creyó en los objetivos de los Promotores. Ahora, viendo todo fríamente, se daba cuenta de que los Promotores estaban locos.

……….   No vivían en este mundo. Lo tenían todo solucionado desde la cuna. Nunca habían iniciado nada, ningún proyecto partiendo de cero. Para ellos era fácil comprar, colocar personas de confianza, meter dinero y levantar una Empresa, una Institución. Y luego venderla, con pingües ganancias. El Plan que habían tramado – en el que venían trabajando ya sus ancestros desde tres o cuatro generaciones atrás – era una locura, una fantasía, que no aguantaba la prueba de la realización. Muchos se habían dado cuenta, los más inteligentes.

……….   Y los más decididos habían dimitido ya de sus cargos de responsabilidad, con vistas a borrar sus implicaciones pasadas. Otros muchos – se lo habían dicho algunos de los más íntimos – estaban esperando la ocasión propicia para dimitir y salirse del Plan. “Saltar del barco”, así lo llamaban.

……….   El problema que se le planteaba era “¿Cómo redimirse del pasado?» Porque había colaborado … ¡Vaya si había colaborado, y durante meses y meses! Más de un año … Tenía que bajarse del carro. Pero si su colaboración había sido de primera línea, quería que su “arrepentimiento” fuera igual. Y entonces le llegó la idea. Había que marcar un punto cero, un fogonazo de luz, que le hubiera hecho ver claro y cambiar de bando. Debía organizarlo.

Qué hacer ahora 10

……….   Sabía moverse en el mundo informático. Tenía contactos. Por su puesto conocía a especialistas en buscar datos comprometedores en las profundidades de las Empresas. Y llamó al que le parecía el mejor. No trabajaba solo. Operaba en equipo. Él no conocía a los demás miembros de su equipo, pero eso no le importaba. Sólo le interesaban resultados, mensajes comprometedores.

……….   Se entrevistó con el especialista en este tipo de trabajos, conocido como “hackers” en la calle. Ellos preferían ser considerados “Especialistas en temas internos”. Llegaron a un acuerdo económico y de confidencialidad. Lo contrató.

……….   Le propuso los objetivos. Su interlocutor le dijo que no serían problema. Incluso le sorprendió, estimando la fecha de entrega del pedido en dos semanas. Pensó que les costaría más. Lo que no sabía el Propietario era que ya lo habían ensayado con anterioridad, por si alguien les hacía el pedido. Cosa que había ocurrido.

……….   En la fecha indicada y en el lugar convenido, un Parque de Washington, su interlocutor le entregó un disco externo. El Propietario pagó la mitad del precio sin conocer lo que había dentro del disco. Sólo hizo una pregunta al Especialista: “¿Estás seguro de que cobrarás la otra mitad?”. Su interlocutor le miró fijamente y en su sonrisa vio que la respuesta iba a ser afirmativa. “Tan seguro como de que estamos los dos aquí y ahora.” Eso era lo que quería oír.

……….   Y en efecto, pagó el resto sin la menor vaculación. Había miles y miles de mensajes cruzados entre las Instituciones “hackeadas” y sus agentes, empleados y personajes sobornados. Media docena de empleados escogidos tuvieron que trabajar, turnándose, día y noche para seleccionar lo más comprometedor. Su periódico tuvo dos ediciones el día del estallido informativo.

……….   Pero lo publicado no era lo fundamental. Era sólo la punta del iceberg. Su periódico iba a cambiar la línea editorial. En lo sucesivo llamaría a las cosas por su nombre y permitiría el debate entre expertos de uno y otro lado.

……….   Basta de rendir pleitesía  a personas con las carteras llenos y la cabeza vacía. Los mails descubiertos le habían vuelto al mundo de la realidad. Esa sería su postura cuando lo llamaran a declarar. Su baza era que la nueva postura de su periódico arrastrara a otros. Y contribuyeran a borrar y olvidar la postura inicial

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