Denuncia ante la Corte Penal Internacional

Covid-19: Gigantes farmacéuticos, Gates, Fauci, funcionarios del Reino Unido acusados ​​de crímenes de lesa Humanidad en denuncia ante la Corte Penal Internacional.  Denuncia ante la Corte Penal Internacional

Denuncia ante la Corte Penal InternacionalRÍO DE JANEIRO, BRASIL – Los funcionarios del Reino Unido y las figuras de salud pública más influyentes están acusados ​​de genocidio, citando una serie de estadísticas sobre el impacto de las “vacunas” y las políticas impuestas bajo el pretexto de “mitigar el COVID”.

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Un grupo que incluía al exvicepresidente de Pfizer, el Dr. Michael Yeadon, presentó una denuncia ante la Corte Penal Internacional (CPI) (vale la pena leerla) en nombre de los ciudadanos del Reino Unido contra Boris Johnson y los funcionarios del Reino Unido, Bill y Melinda Gates, directores ejecutivos de las principales compañías farmacéuticas, World el presidente ejecutivo del Foro Económico, Klaus Schwab, y otros por crímenes contra la humanidad.

La CPI ha reconocido el caso y le ha atribuido el siguiente número de referencia OTP-CR-473/21.

Corte Penal Internacional, Países Bajos. (Reproducción de la foto en internet)
Corte Penal Internacional, Países Bajos. (Reproducción de la foto en internet)

             Los acusados ​​incluyen a:

  • Dr. Anthony Fauci;
  • Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS);
  • June Raine, directora ejecutiva de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA);
  • el Dr. Radiv Shah, presidente de la Fundación Rockefeller; y
  • Dr. Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, como “responsable de numerosas violaciones del Código de Nuremberg… crímenes de guerra y crímenes de agresión” en el Reino Unido y otros países.
  • Albert Bourla, CEO de Pfizer
  • Stéphane Bancel, CEO de AstraZeneca
  • Pascal Soriot, CEO de Moderna
  • Alex Gorsky, director general de Johnson and Johnson
  • Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido
  • Christopher Whitty, asesor médico jefe del Reino Unido
  • Matthew Hancock, exsecretario de Estado de Salud y Atención Social del Reino Unido
  • Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial

             Después de repetidos intentos fallidos de presentar un caso ante el sistema judicial inglés, los demandantes recurrieron a pedir con “la máxima urgencia” que la CPI “detenga el despliegue de vacunas COVID, la introducción de pasaportes de vacunación ilegales y todos los demás tipos de guerra ilegal… se está librando contra el pueblo del Reino Unido”.

             La queja del grupo presentada el 6 de diciembre presenta evidencia de que las «vacunas» de COVID-19 son terapias genéticas experimentales diseñadas con investigación de ganancia de función de coronavirus de murciélago, argumentando que estas «vacunas» han causado muertes y lesiones masivas y que el gobierno del Reino Unido ha fallado para investigar dichas muertes y lesiones reportadas.

  • Que los números de casos y muertes de COVID se han inflado artificialmente; que las máscaras son dañinas por hipoxia, hipercapnia y otras causas;
  • Y las pruebas PCR son “completamente poco confiables” y “contienen óxido de etileno cancerígeno”.

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             Además, argumentaron que se suprimieron los tratamientos efectivos para el COVID-19, como la Hidroxicloroquina y la Ivermectina, lo que resultó en un número de muertes por COVID-19 más significativo de lo que debería haber ocurrido.

             Argumentan que los bloqueos se promulgaron bajo la apariencia de cifras de infección y muertes artificialmente infladas por un virus modificado, así como las «vacunas» experimentales que han resultado:

  • Daño y muerte masivos a corto plazo, con al menos 395,049 reacciones adversas informadas a las «vacunas» COVID solo en el Reino Unido;
  • un fuerte aumento en las llamadas de ChildLine de niños vulnerables durante los cierres;
  • “Destrucción de riqueza y negocios” a través de bloqueos impuestos”.
  • “Privación severa de la libertad física en violación de las normas fundamentales del derecho internacional”, incluidas las prohibiciones de viajar y reunirse, y la cuarentena forzada y el autoaislamiento;
  • apartheid por segregación por posesión o pasaporte de vacunación;
  • y la “infertilidad de reducción esperada” después de la “vacunación”, entre otros efectos nocivos físicos y psicológicos.

             Además, los peticionarios sostienen que “la supresión de tratamientos alternativos seguros y efectivos para el covid-19 equivale a asesinato y exige una investigación completa por parte del tribunal”.

             Señalaron que además de la censura de la información en línea y la promoción de estos tratamientos alternativos, “algunas revistas académicas están bloqueando la publicación de estudios que demuestran la eficacia de medicamentos como la ivermectina y la hidroxicloroquina”.

             Los peticionarios también citaron citas de sobrevivientes del Holocausto que han establecido “fuertes paralelismos entre las restricciones de Covid y el comienzo del Holocausto”.

             En una Carta Abierta, los supervivientes del Holocausto pidieron a las Sutoridades reguladoras médicas que “detengan este experimento médico profano en la Humanidad de inmediato”, que, según afirman, viola el Código de Nuremberg.

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             Incluso alegan que “ante nuestros ojos se está produciendo otro holocausto de mayor magnitud”. Una sobreviviente, Vera Sharav, señaló en una entrevista citada en la denuncia:

             “La dura lección del Holocausto es que cada vez que los Médicos unen fuerzas con el Gobierno y se desvían de su compromiso personal, profesional y clínico de no dañar al individuo, la Medicina puede pervertirse de una profesión de curación y cuidado a un aparato asesino”.

             “Lo que distingue al Holocausto de todos los demás genocidios masivos es el papel fundamental que jugó el Establecimiento médico, todo el Establecimiento médico. El Establecimiento médico académico y profesional apoyó cada paso del proceso asesino.

             Médicos y prestigiosas Sociedades e Instituciones médicas dieron el barniz de legitimidad al infanticidio, al asesinato en masa de civiles”.

             Según los peticionarios, todas las consecuencias nocivas de las “vacunas”, los recintos y el virus cumplen los criterios de genocidio, crímenes de lesa Humanidad y crímenes de guerra contra el pueblo británico, porque los culpables “miembros del gobierno del Reino Unido y los líderes mundiales tienen conocimiento e intención con respecto a estos presuntos crímenes”.

             De hecho, argumentan que las consecuencias destructivas de las “vacunas”, los bloqueos y los virus modificados son intentos deliberados de despoblación y desestabilización social, como parte de un plan coordinado a nivel mundial para consolidar la riqueza y el poder en manos de unos pocos.

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COVID-19, Covid-19: Gigantes farmacéuticos, Gates, Fauci, funcionarios del Reino Unido acusados ​​de crímenes de lesa humanidad en denuncia ante la Corte Penal Internacional

             Por ello, argumentan que estas medidas también constituyen un “crimen de agresión”, es decir, el esfuerzo “por ejercer efectivamente el control o dirección de la acción política o militar de un Estado”.

             En este caso, afirman, el objetivo es “desmantelar todos los Estados Nacionales Democráticos, paso a paso”, y “destruir las pequeñas y medianas Empresas, transfiriendo cuotas de mercado a las Corporaciones más grandes”, propiedad de los ultraricos, para dar a este grupo de “élite” un mayor control político y monetario.

             Puede encontrar el acuse de recibo del tribunal, incluido el número de referencia del caso, en el siguiente enlace y todas las actualizaciones sobre el caso también se publicarán aquí.

Descarga aquí la denuncia de 46 páginas

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Comentario de esta Casa.

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             Hemos seguido el trabajo del Dr. Fuellmich, Abogado alemán nacionalizado en Estados Unidos y vuelto a Alemania, que con un grupo enorme de científicos de primer línea mundial han formado un Expediente con todo tipo de pruebas y declaraciones sobre el inmenso timo, fraude, engaño y crimen contra al Humanidad que se ha cometido con el virtual virus. Y lo han presentado finalmente a la Corte Penal Internacional.

             A continuación vamos a ser testigos de dos Juicios. Porque con esta presentación, los Abogados realmente ponen dos Juicios. Uno a las personas citadas a declarar por sus crímenes contra toda la población del planeta. Y otro a los Jueces del Tribunal Penal Internacional. Y ellos lo saben, En realidad están ante un dilema. Dilema que les puede costar su carrera e incluso, en el peor de los casos – para ellos – la cárcel. Porque hay unos plazos que se consideran razonables, en el mundo de la Judicatura, para iniciar la investigación de una denuncia.

             Por ejemplo, el Tribunal Constitucional español tardó DOS AÑOS en dictar Sentencia sobre una denuncia de que las medidas que se tomaron basándose en el Decreto del Estado de Alarma eran anticonstitucionales. Eran ilegales. Es decir, el Decreto del Estado de Alarma no permitía tomas las medidas que se tomaron, de no permitir desplazamientos, de encerrar a las personas en sus casas y no permitir el derecho a la movilidad, ni el de reunión con sus familiares y otras más. 

             La cuestión era que el estado de Alarma lo puede decretar el Gobierno en un Consejo de Ministros. Pero para decretar un Estado de Emergencia, que es el que hubiera permitido tomar todas esas medidas con legalidad, dice la Constitución que se requería el acuerdo del Congreso y sólo por 15 días, creo recordar. Entonces nuestro joven Presidente hizo un juego de manos. No quería depender de los partidos de la oposición. Y tal vez habló con alguien.

             Tal vez le dijo a ese alguien: «Yo decreto un Estado de Alarma y lo uso como si fuera un Estado de Emergencia. Van a llevarlo a los Tribunales y ahí estáis vosotros. No podéis hacer otra cosa que dictaminar que no es legal tomar ciertas medidas. Pero necesito dos años. Me tenéis que dar dos años para aplicarlas. Con dos años será suficiente.» Y, en efecto, le dieron dos años. Moraleja: Hay que cambiar muchas cosas de nuestro ordenamiento.

             Pues igual. Ahora vamos a ver de qué parte están los Muy Ilustres Magistrados de la Corte Penal Internacional. Si están por hacer cumplir la Ley o están comprados por quien sea. Seguro que sólo la presentación ya les ha revuelto las tripas. Posiblemente les habrá contrariado en grado sumo. Pero lo tienen ya sobre la mesa. Desde el 6 de Diciembre de 2.021. No hay prisa, porque el tiempo corre en su contra y a nuestro favor.

             Igual les sucede a los conspiradores. El tiempo corre en su contra. Porque ya estamos todos advertidos. Cada vez el bloque de los «despiertos» va aumentando. Y el bloque de los todavía «dormidos» adelgaza. Porque las inyecciones hacen su efecto y miles de personas «despiertan» y se dan cuenta de que fueron engañadas. Ver si no «Arrepentidos de haberse pinchado.» Y ya han captado quién es quién en el panorama actual. Que no es oro todo lo que reluce. Ya saben quién es su amigo y quién es su enemigo, el que quiere borrarlo del mapa.

             Así que vamos a ver cuánto tiempo les queda a los genocidas. Y cuántos Jueces quieren uncir sus lomos a un barco que hace aguas. Ellos se dan cuenta de ello y quieren acelerarlo todo, porque cada vez las cosas pintarán peor para ellos. Sus enemigos se van a manifestar abiertamente, ahora que saben que van a por ellos. A por sus tierras, a por su ganado, a por su modo de vida, a por su vida.

             Y la gente cuando se le amenaza de muerte, a ellos y a sus hijos … Hummm … No quisiéramos aquí estar en su pellejo. En el de los del bando contrario …        

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                        Denuncia ante la Corte Penal Internacional

 

 

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