No vivimos en el mismo mundo No contamos para ellos

No vivimos en el mismo mundo No contamos para ellos

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            Vamos a hacer una incursión por el mundo de la deducción. Deducción de la forma de pensar de nuestros enemigos. Entender al enemigo es una buena práctica. Permite quizás no resultar sorprendido por sus acciones futuras. Tal vez incluso evitarlas. Y ganar en seguridad interior. Porque es malo sentirse en el aire, sometido a vientos que no sabemos por dónde van a soplar, ni con qué fuerza. Procuremos entenderles. Saber cómo piensan, qué barruntan en sus retorcidas mentes. 

            Para ello nos basaremos en hechos que han sucedido. Y los hechos que han sucedido en estos últimos 32 meses han sido inspiración de ellos. Luego tenemos mucho donde elegir, muchos sucedidos para analizar y sacar conclusiones. Uno de los artículos que viene a nuestra mente fue uno en que decidían que en Inglaterra no se iban a permitir utilizar los Aeropuertos. Sólo dos. Los demás, a una cierta fecha, cerrados y bloqueados. Tampoco se produciría más acero ni cemento. Ni se construirían más edificios. Ni aviones. Con los que ya había serían suficientes. Procuraremos encontrar dicho artículo.

            Considerado aisladamente, resultaba un tanto sorprendente. Pero le sorpresa se desvanecía de inmediato si se ligaban esas medidas con las Piedra de Georgia, entonces en pie. Porque en uno de los dos primeros Mandamientos de las Piedras de marras se decía:

«Mantén a la Humanidad en 500 Millones de personas, en constante equilibrio con la Naturaleza.»

            Conviene no perder de vista que la población actual del planeta está en torno a los 7.600 Millones de habitantes. Luego el mandato granítico equivalía a eliminar 7.100 Millones de personas. Lo que supone el 93%. Y quedaría un escueto 7%. Ellos y los sirvientes que piensan que van a necesitar para llevar una vida cómoda, no peor que la actual. Pensemos en plazos para esa limpieza étnica. Si la meta es a lograr para 2.030, ello requeriría eliminar a 888 Millones de personas al año. Lo que supone cerca del 12% anual. Ocho veces más que la mortalidad esperable, suponiendo la vida media del humano actual en 76 años. Lo cual quizás sea demasiado optimista.

            Por el contrario, si el plan de exterminio previsto debiera realizarse para el año 2.050 – muy largo nos parece este horizonte – el ritmo de exterminio debiera ser de unos 250 Millones de personas al año. Lo que ya sólo multiplicaría por 2´5 la tasa de reposición normal de la población actual. Precisamente por ser menos drástico, nos parece menos ajustado a las posturas que esta gente ha mostado hasta hoy. No los vemos manteniendo una política de exterminio durante 28 años … Ni parece factible. Las cosas graves deben terminar cuando antes. Resultaría molesto estar matando humanos tanto tiempo. Y difícil de ocultar. 

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No vivimos en el mismo mundo No contamos para ellos

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          Bien, pues ya comprendemos un poco mejor la mentalidad de nuestros aspirantes a verdugos. No sólo lanzaron una bravata con su efímero monumento de Georgia, sino que empezaron a tomar medidas legales, concretas, británicas – país donde parece que se sienten a gusto – para preparar ese mundo restringido a ellos y unos pocos más. No debemos tomar sus previsiones a la ligera, como si no fueran con nosotros. Da la impresión de que piensan en serio. Que pretenden llevarlas a la práctica Y que ya han empezado a empedrar la calzada de acceso.

            Y esto encaja también con esa actitud que mantienen en todas sus acciones, planes parciales y propósitos: No hacen caso a nadie. Ni dialogan con nadie. No responden a nadie. Ni entran en debate con nadie. Ignoran, desprecian, dejan de lado a todo el mundo que no sean ellos. No modifican ni un ápice de sus propuestas, definiciones, diagnósticos o «verdades», aunque la realidad demuestre bien a las claras que eran equivocadas. O que no se ajustan a la realidad. Ellos siguen en sus trece. Como si lo que ha sucedido no hubiera sucedido. Y sólo fuera real, no lo sucedido, sino lo que en un principio ellos dijeron que pasaría.

            Esta postura pudiera parecer un tanto insólita, inexplicable, ilógica. Pero situada en su perspectiva de que sólo ellos van a sobrevivir. De que sólo ellos cuentan en realidad. Sólo su voluntad tiene importancia y valor. Los demás … no van a contar dentro de un poco de tiempo. Todos los demás van a perecer a no muy largo plazo. ¿Qué importancia tiene lo que digan, deseen, requieran o supliquen unos seres que en breve dejarán de existir? ¿Por qué hacerles el menor caso, si son una especie de «muertos vivientes»? Empecemos a darles el valor que tiene ya desde ahora. Ninguno.

            De forma que lo que les pasa es que están viviendo ya en el mundo que esperan crear. Están viviendo en él ya desde hoy, apenas un par de años después de haber empezado a poner en marcha, de manera clara, su Plan de dominio y de exterminio. Y no cambiarán. no pueden cambiar. ¿Por qué? Porque no les respalda la Ciencia, ni la Verdad, ni la Razón, ni a Ética, no nada noble y digno del ser humano. Sólo les respalda su dinero, su orgullo, su desprecio a los demás, su ansia de predominio, su complejo de inferioridad como seres cuasi-humanos. Y esos aspectos no se pueden presentar como argumentos para defender sus acciones en debate alguno. Por eso los rehuyen.

            No es que los rehuyan realmente. Es que los que lo reclaman no existen para ellos. Es como si se lo reclamara una pulga, una hormiga, una cucharacha. No se consideraría tal petición hecha por un bichejo asqueroso y repugnante.  No está a nuestra altura. Pertenece a otro Reino, a otra Dimensión, con la que no procede forcejeo dialéctico, ni de ningún otro tipo. Simplemente, no existen para nosotros. Ni podemos pensar en conectar con ellos. Estaríamos realizando acciones absurdas, irracionales. Con una plaga de langostas no se discute. Con una recua de ganado no se dialoga, no se debate. Y por eso nos llaman «plaga» y «ganado». A una plaga lo que hay que hacer es exterminarla. No debatir, ni dialogar, no atender, ni hacer caso. Exterminarla. Es lo único que cabe hacer con ella. Y lo están haciendo. 

            De forma que … ¿manifestaciones? ¿Petición de debates? ¿Cartas Abiertas? ¿Manifiestos? ¿Informes a Presidentes? Por favor, abramos los ojos. Están sordos. Ciegos. Mudos. Se han ubicado en otro Mundo. No pertenecen a este. Mejor dicho, nosotros no pertenecemos a este mundo, que es suyo. Que consideran suyo. Y que han empezado a moldear tal y como lo quieren recibir, conquistar, ocupar.

            No nos hagamos ilusiones. Pisemos suelo. Vivamos en la realidad. No cabe diálogo. Sólo cabe el desplazamiento. 

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No vivimos en el mismo mundo No contamos para ellos  No vivimos en el mismo mundo No contamos para ellos  No vivimos en el mismo mundo No contamos para ellos

         

  

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