Condena a muerte

Condena a muerte

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           Yuval Harari es un Profesor de la Universidad de Tel Aviv. Su rama es la Historia. Pero esta circunstancia no es lo más singular de esta persona. Hay otros muchos Profesores en dicha Niversidad. Pero no hay ningún otro Profesor de la misma que sea el principal Asesor del Foro Económico Mundial. Especialmente, de su lider, Klaus Schwab.

           El Profesor Harari lleva varios años dando Conferencias y haciendo Vídeos con sus ideas sobre el futuro de la Humanidad, de los seres humanos. Y sus ideas son las del Foro Economico Mundial. Incluso más avanzadas, porque para eso es Asesor. Y orienta sobre cuál puede y debe ser el futuro de esta Humanidad, que el F

oro Económico Mundial maneja a su criterio, según Ellos. 

           El Señor Schwab llegó a decir, en una reunión de dicho Foro, que «el futuro de la Humanidad se forja en esta sala. Lo forjáis vosotros», refiriéndose a sus oyentes, invitados del Foro. A sus muchachos, vamos.

           Con estos antecedentes, nos ha sorprendido bastante la últirma comparecencia del Profesor Yarari en el vídeo que viene a continuación. Dejaremos que el Lector se forme su propia opinión antes de dar la nuestra en el Comentario final.     

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Condena a muerte

Comentario de esta Casa.

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           Este Asesor principal del Foro Económico Mundial siempre iba varios pasos por delante del propio Foro. En una de sus últimas intervenciones adelantaba que en un futuro no lejano los humanos llevaríamos chips que informarían sobre lo que pasaba por dentro de nosotros. No ya por dónde vamos, ni qué decimos, sino lo que pensamos y lo que sentimos internamente.

           Y hoy nos relata de una manera informal que «El mayor problema con las teorías de la conspiración es que subestiman la complejidad del mundo.» Los subtítulos en castellano, o español. están mal. En inglés están bien. El problema es with = con. El problema que tienen las teorías de la conspiración – aunque debiera decir «las conspiraciones» – es que no se adaptan a la complejidad del mundo.

           Es, dicho en plan diplomático, lo que venimos defendiendo en esta Casa desde hace algún que otro año. El Plan Genocida está condenado al fracaso. Porque se han propuesto – los reunidos en torno a esa mesa – una meta, demasiado amplia, demasiado gigantesca: Reducir una población de 7.600 millones de personas a 500 o 1.000 millones está fuera del alcance de ninguna Potencia, amalgama de Fortunas, o Grupo de mil-millonarios. Por mucho dinero que tengan.

           «Puedes declarar una guerra. Pero no puedes predecir el resultado.» Y lo que resulte va a ser algo muy diferente a lo que habías pensado, o previsto.» Y esto es lo que él está viendo, dentro del Foro Económico Mundial.

           Declararon una Guera, en forma de agresión genética a la Humanidad. Con el objetivo de liquidarla en un 90 %. Y que quedaran las personas necesarias para atenderles a Ellos. En los diferentes aspectos de la vida. Y una vida más lujosa y confortable que la actual. Pero las cosas se han deteriorado tanto, que ahora están al borde del colapso.

           En Enero del año pasado, tras la desastrosa reunión de Davos 23, dimitieron la Primera Ministra de Nueva Zelanda y la Primera Ministra de Escocia. «Por falta de energía», dijeron ambas al unísono. Por falta de confianza en la victoria, rectificamos aquí. También dimitió al mismo tiempo el Director de Comunicaciones del Foro Económico Mundial. No dio motivos. Tampoco nos hacen falta.    

           Y, volviendo al Profesor Harari, lo dice con la naturalidad de quien no piensa en las consecuencias de lo que dice. Con la sencillez de un Profesor de Universidad, habituado a trabajar encerrado, con sus alumnos, o con sus libros, en el mundo de las ideas. ¿Será esta entrevista organizada el primer paso de una retirada, de una dimisión? Porque tiene cierto aire.

           La caída del Imperio romano vino del exterior. Los pueblos del Norte, los germanos, acuciados por una ola de frío inusual, no tuvieron más remedio que cruzar el Rhin. Y esparcirse por el Imperio Romano de Occidente, para vivir allí en lo sucesivo. Sus tierras no les daban alimentos suficientes.

           Para la caída del «Imperio en las nubes» del FEM no hará falta quizás ninguna fuerza del exterior, alienígena. Puede ser por reacción a lo que ellos mismos han provocado. Por desesperación de la población, que se queda – como los germanos del siglo V – sin calor y sin comida. O puede ser por dimisión de sus cómplices. Que ven que el tiempo pasa y las cosas siguen como siempre. Lo cual es un fallo de los «Renovadores». Y su condena a muerte. 

     

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