Cajón de sastre de la llamada Geoingeniería Conclusiones

 Cajón de sastre de la llamada Geoingeniería Conclusiones

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            De 1.945, cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, a hoy han pasado 79 años, casi 80. Y en estos 80 años han estado investigando un montón de titulados. Es tiempo suficiente para obtener muchos resultados, y muy espectaculares. Así ha sido. Porque han tenido todos los medios que han pedido, que han querido. Tenían la economía del país más rico del mundo a su disposición.

            Y gran parte de lo que han conseguido, los medios que han puesto en marcha, han permanecido desconocidas para el gran público hasta hace poco. Hasta que han tenido que poner a prueba sus armas. Porque – no nos engañemos – han investigado sobre armas. ¿Sobre qué van a investigar los subalternos del Secretario de Defensa y de la Armada de USA?

            Sobre armas que en 1.945 – el año que nació el autor de estas líneas – eran desconocidas e  inimaginables. De armas, no ya de bombas para arrojar desde un avión, o desde una escuadrilla de bombarderos. No. Eso ya estaba al alcance de cualquiera. Sobre otras cosas. Sobre la manera de lograr un arma que se pueda esparcir por el aire y que no parezca un arma.

            Primero se hicieron pruebas para atacar a las nubes cargadasde vapor de agua con productos químico que les hicieran soltar ese agua en forma de lluvia. Ya tenian la coartada, la excusa para rociar productos químicos desde aviones. Y luego no costó nada averiguar qué productos eran perjudiciales para los organismos vivos.

            Pero lo más espectacular estaba por aparecer. Y lo constituyen las Armas de Energía Dirigida (DEW en inglés). Pero tenian que hacer pruebas. Y empezaron a quemar árboles, en algún bosque perdido de USA. Hasta que lograron que el haz de Energia tuviera la precisión de un misil. Que pudiera quemar el árbol por dentro, sin chamuscar las ramas ni la corteza. Y por fin lo consiguieron. Pero quedaron multitud de fotografías, tomadas desde lejos, en que se veía un rayo que proviene del espacio y da en la Tierra. Y el incendio que provoca. 

            «¿Cómo se ha hecho esto? No se sabe … pero algo lo hizo …»

            Una Energía concentrada, obtenida ionizando – o sea, excitando – un volumen elevado de aire de la atmósfetra, de la Ionosfera o de la Magnetosfera, consigue tal cantidad de Energía que, convenientemente conducida hasta un punto débil de la superficie terreste, puede provocar allá un desastre. Y eso es lo que han hecho. Una placa tectónica, donde se produce la subducción con otra más débil, allá que envían la bola de  Energía dirigida. Y salta todo por los aires. Se provoca un terremoto de magnitud 10 en la Escala de Richter. Y la corteza terrestre está plagada de zonas débiles, los bordes de las placas de subducción en la corteza terrestre. 

            O a una tormenta tropical. La excitan y se convierte en huracán furibundo cuando toca tierra. Que arrasa con lo que encuentra.

            Y si no, a una villa construida por los aborígenes en una isla paradisíaca de Hawai. Con «el rayo de la muerte», se provoca la ruina de todos los edificios de los nativos. Y luego se les compra el terreno. De modo que allí sólo habrá supermillonarios, disfrutando de un clima benévolo, con unas playas de película. Y codeándose entre ellos. En Hawai hicieron la prueba.

            ¿Dio positivo? Lo dudamos. Pero eso queda para mañana. Hoy veamos, en la primera parte del vídeo que sigue, los efectos de una invasión extraterrestre, procedente de Marte. Podríamos titular el vídeo «¡¡¡Llegan los Marcianos!!!»

            Pero ya sabemos que no son marcianos. Son otra cosa, mucho más cercana y canallesca.

 

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