Un ensayo

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               En este artículo tratamos de entrar en la cabeza de los Genocidas. Para saber cómo piensan. Para poder prevenir el futuro no lejano. En un intento de contrarrestar su pérfida acción siguiente. O al menos, de entender su forma de pensar, de razonar, de generar proyectos de índole mundial y mortal. Porque nos van a afectar, si los llevan a cabo.

               Y recordando pasadas acciones y donde las aplicaron, nos parece captar una predilección por las islas. Algo así como si hubieran pensado: «¿Cómo quisiéramos que fuera el mundo que queremos dominar?» Y se respondieron enseguida: «Como una isla. Una isla grande, donde cupiéramos todos nosotros, los «Elegidos», con nuestras familias y posesiones. Y a los pocos que sobraran, los aniquilaríamos de una jugada mortal.»

               Supongamos ahora que esa isla fuera la isla de Maui, una de las del archipiélago de Hawai. Cuenta sólo con 130.00 habitantes y 3.000 kilómetros cuadrados. No tiene cabida para todos los Elegidos. Pero así para algunos de ellos. Podrían ensayar en ella lo que tendrán que hacer más tarde con todo el mundo.

               Y el Plan podría ser arrasar todo lo que no es aprovechable y reconstruir luego todo lo destruido por un «incendio fortuito». Un incendio forestal múltiple, porque de una vez no se podría abarcar toda la isla. Que cuenta con al menos 16 lugares aprovechables para los Elegidos y sus familias. Hela aquí. 

Isla de Maui. Google Maps

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               Pero una vez que se ha iniciado el Plan, debidamente preparado, se comprueba «in situ» que las casas calcinadas contienen todos los habitantes que estaban dentro en el momento de la calcinación. Porque el arma empleada destruye en unos pocos segundos todo lo que hay dentro de la casa, incluído sus habitantes. Reduce todo a cenizas en un abrir y cerrar de ojos.

               Si los Bomberos o algún familiar entran en las casas y descubren los cadáveres calcinados de toda una famiia en una casa, y en otra, y en otra, en todas, ¿cómo mantener que fue un «incendio forestal» y que ningún habitante de las casas quemadas se echó a la calle para huir?

               Hay que evitar el acceso a toda persona que no esté «comprometida con el Plan». Sólo personas de plena confianza pueden «limpiar» Maui. Y se prohibe el acceso. Se impide con vallas de 3 metros de altura, opacas. Que nadie vea ni lo que se hace dentro. Llevará semanas vaciar las casas quemadas – casi todas – de restos calcinados comprometedores.

               Resuelto el problema inmediato, se permitirá el acceso a los antiguos Propietarios. Se les pondrán trabas burocráticas para reconstruir. Para eso se ha dado un carácter de zona limpia y «verde» a toda la isla. Y se les harán ofertas «que no puedan rechazar». No se les permitirá ir a residir a ningún punto de la isla. La oferta incluirá una cláusula en tal sentido. Fuera. Sobran.

               Pero el ensayo ha puesto de manifiesto un gran problema. Un problema logístico de capital importancia: El arma, tal y como se empleó, no sirve. Es demasiado potente. Lo calcina todo. Eso no se puede hacer pasar por «incendio forestal». En un incendio forestal, los habitantes ven llegar el fuego a sus casas. Y escapan. Las llamas avanzan lentamente. En Maui no escapó ninguno de los habitentes de las casas calcinadas. Eso no era un incendio normal. Era otra cosa. Era un misil de Energía con un destino fijo y pequeño, cada casa a borrar del mapa.

               Hay que darle «otro color» al Plan. Y uno de los presentes apuntó la idea de los extra-terrestres. Ellos sí podían tener esas armas tan fatales. Sería cuestión de considerarlo. Porque de los 16 centros turísticos actuales con los dos incendios sólo se había «adecuado» tres. Habría que repetir la «operación de limpieza» otras 4 veces. Todas en la misma isla. Y eso tampoco era factible. Llamaría demasiado la atención …

               Los extra-terrestres, el plan B. 

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