Pruebas en Hawai de armas extraterrestres
.
.
.
Ahora que ya han pasado meses desde los penosos y tremendos acontecimientos de Lahaina y Maui (Hawai), cabe racionalizar lo sucedido y enmarcarlo en la Guerra que vienen sosteniendo los Genocidas contra nosotros, la Humanidad.
Nos consta, y eso está en artículos anteriores, de difícil localización, que hubo varios incendios forestales en Estados Unidos “originados en las alturas”. No demasiados, tal vez tres o cuatro.
Y de ellos nunca más se supo. Hemos mostrado algunas fotografías instantáneas, más o menos explicativas, de un fenómeno raro, nada conocido. Todo quedó envuelto en el misterio. Y ahora pensamos, como debía ser.
Y tal vez en Maui y Lahaina dieron el salto. Hasta ese momento, en los Estados Unidos continentales, habían sido incendios forestales, sin víctimas. El territorio estadounidense es muy amplio, y hay bosques en muchas millas cuadradas para poder hacer allí experimentos.
Incluso se jugó a quemar árboles aislados, desde las alturas. Para probar la capacidad de atinar en la distancia. Probando la puntería del “rayo de la muerte”. Y desde el momento en que se acertó a árboles, uno por uno, la puntería pasó la prueba, demostró ser suficiente. Los blancos futuros serían mayores que el tronco de un árbol.
Pero si había que hacer la prueba y que el ataque tuviera víctimas … ¿dónde se atreverían los verdugos a elegir a esas víctimas? Y la respuesta vino sola: En un Estado alejado, isleño, “dejado de la mano de Dios”, que se decía antes. Donde había escasez de agua, para sofocar el incendio de casi toda una población. Incendio que interesaba que no se apagara. Y Hawai fue el Estado elegido. Además, se matarían dos pájaros de un tiro. Y nunca mejor dicho.
Las islas que conforman Hawai han sido siempre un entorno paradisíaco, demasiado atractivo como para que lo disfrutaran seres primitivos, de oscuros antepasados, escasa cultura y burdas costumbres. Sería más apto para las Élites. Pero eso tenía solución. Ya muchos miembros más dignos de la exhuberancia y belleza de las islas habían adquirido propiedades y edificado mansiones dignas del privilegiado entorno.
Por otra parte, la construcción en las islas había sido muy rudimentaria, sirviéndose de los materiales que las islas ofrecían. La escasez de madera para construcción había hecho que se utilizaran materiales poco consistentes. El árbol de la yaca era preferentemente utilizado para obtener el fruto, que daba riqueza a las islas. Por lo que su uso en la construcción era escaso, por su elevado precio. Eso facilitó los planes para probar las armas de concentración de energía en la isla capital del archipiélago, la isla de Maui.
Sólo los propietarios con una economía más que holgada importaron materiales modernos para construir sus mansiones. La mayoría de aborígenes lo hicieron con lo que encontraron a mano. En consecuencia, sus edificios eran sumamente débiles. Lo cual era una ventaja para el arma que se iba a utilizar para destrozarlos. Cuya potencia exacta no era muy bien conocida para destruir poblaciones. Por eso se imponía probarla en algún entorno aconsejable. Y Hawai lo era más que ningún otro.
Las ideas para realizar dicha prueba formaban parte del Plan global para los 25 años siguientes. Dicho Plan, con suficiente detalle, se ofreció en un artículo pasado: “Nuestro espantoso futuro de no hacer nada.” Se debe conocer dicho Plan, para comprender la mentalidad de quienes están detrás de todo el presente.
De no conocerse, cabe el peligro de rechazar algo por considerarlo que no es humano, que es demasiado terrible. Y pensar que no es posible tanta maldad. Desgraciadamente para todos, lo es.
Estos monstruos de maldad tienen ciertos tics que los caracterizan. Uno de ellos es adelantar públicamente, a través de declaraciones, lo que van a hacer, sus planes de futuro, de un futuro bastante inmediato.
Otro es probar a sus víctimas con castigos exagerados y gratuitos. Para así poder conocer hasta dónde pueden tirar de la cuerda que ahoga a su víctima. Eso les produce una sensación de dominio, de poder, de placer morboso. Por eso no dudaron en planear todos los detalles logísticos para producir el mayor daño posible.
Y el personal que debía sofocar los incendios que produjeron mediante cortocircuitos estaban todos ausentes en una reunión en otra isla a hora y media de distancia en avión. Además de eso, ni siquiera dieron agua para que los particulares pudieran tratar de pagar los incendios de sus casas. El responsable de ordenar el inicio de la distribución de agua tardó casi 12 horas en dar la orden. Mientras las casas ardían por los cuatro costados.
Algo así como si los habitantes de Hawai fueran hormigas a las que se podía pisotear con total impunidad. Piensan que van a tener siempre esa impunidad. Llegará el momento de demostrarles que no la tuvieron nunca.
.
Pruebas en Hawai de armas extraterrestres Pruebas en Hawai de armas extraterrestres Pruebas en Hawai de armas extraterrestres
Cuando éramos niños, jugábamos a quemar bolsitas de plásticos, para hacerlas caer sobre las hormigas, algo así hacen estos experimentados en hacer desastres intencionados llamenle accidente climático, si veo la mentalidad infantil, dañina, mediocre, perversa, psicopata y desastrosa de estos humanos en decadencia.
Ya pagarán por lo que están haciendo. De niños se pueden hacer cosas por falta de reflexión. Pero estos hace mucho que dejaron de ser niños. Cada vez más personas son consceintes de sus crímenes y como tienen que seguir matando y arruinando naciones, llegará un momento en que se colme la paciencia de la población. Entonces serán las «madres mías». Veremos escenas de película de terror. Se creen inmunes. Se equivocan.