Por qué China sí y nosotros no

Por qué China sí y nosotros no

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            Hace pocos días, en un video sobre la situación actual, desde hace más de tres años, un «despierto» decía, enojado: «¡Para China puede valer, pero para nosotros no!». Y me quedé pensando por qué aquel hombre tenía razón. ¿Cómo era la gente en China para considerar normal la manera en que su Gobierno los controla y dirige? ¿Qué les habia hecho para conseguir volverlos así? ¿Qué les dieron? ¿Cómo los convirtieron en personas dóciles, sumisas, acomodaticias?

            Estuve dándole vueltas y tal vez haya dado con la clave. Sólo tal vez. Pero antes de mostrar mis cartas, quisiera que el Lector se metiera en ese terreno de la forma de ser de las personas. Si lee esto se supone que sera una persona de las «despiertas», de las que no se dejó engañar por la propaganda y la coacción sobre las inyecciones «eficaces y seguras».

            ¿Se imaginaba el Lector que podia haber tanta gente que se dejara engañar? ¿Pensó alguna vez, con anterioridad al hecho, que eran así la inmensa mayoría, algo así como un 70%? ¿Pasó por su imaginación que ni aun viendo los efectos terroríficos en algunos vacunados, iban a seguir porfiando en que hicieron lo correcto? ¿Ve normal que no quieran «apearse del burro» y le sigan miarando con malos ojos, como si fuera un chiflado?

            ¿Qué les han hecho? ¿Qué les han dado? ¿Cómo los convirtieron en lo que son hoy? ¿Se imaginó alguna vez que esa persona en concreto, la más allegada a Vd.. pudiera ser así? Pues esta transformación – la que han experimentado algunos de nuestros seres más cercanos – es mucho más difícil de explicar que la que sufrieron los chinos …

Por qué China sí y nosotros no

            Defendemos aquí que hay que tener en cuenta las fechas y las caraterísticas de un país para comprender la mentalidad de sus gentes. China sufrió un período muy largo de guerra civil (1.927 a 1.935). Seguido de una invasión por Japón y una guerra contra Japón (1.935 a 1.945). Cuando terminó, continuó la guerra civil por cinco años más (1.945 a finales de 1.949). China – y todo el mundo entonces – estaba formada por ua sociedad rural, agrícola, campesina. Sin cultura, sin estudios. Tras un inteminable período de guerra continua de 23 años, en 1.949, vence el Partido Comunista Chino y toma el poder Mao Zedong.

            En los últimos años de la Guerra civil, hacia 1.947, Mao anula el «sistema feudal de explotacion de la tierra». Tal era el atraso de China. Se incauta la tierra de los grandes propietarios y se reparte a los campesinos. Lo que entraña la muerte violenta de entre un millón y cinco millones de grandes propietarios. China tiene entonces unos 600 millones de habitantes. Era un país pobre, dominado por Japón y Estados Unidos. 

            Mao se ve en la necesidad de modernizar su nación y traza un Plan Quinquenal. En el Segundo Plan Quinquenal se calculan mal las cosechas recogidas y el campesinado se queda casi sin alimentos, que se envían a las grandes ciudades. A consecuencia de ello, en 1.959 y 1.960 mueren de hambre en torno a 35 millones de campesinos chinos (entre 15 y 55 millones).

            Con estas cifras podemos ver que la violencia ha estado presente de manera casi permanente en la China del siglo XX. La guerra civil implica violencia. Y al afán por dar prioridad al PCC (Partido Comunista Chino) exigió violencia contra la oposición, los ricos. Esa violencia, mantenida durante decenios, ha modelado a la población. La ha hecho estoica, apagada, resignada, sometida. Ha dado poder total al Gobierno. Que ha hecho con la población lo que ha querido.

            Todos apreciamos la vida. Los chinos, también. Y si para conservarla hay que aceptar lo que nos echen, lo aceptamos. Y lo han aceptado. Después de todo, viven. Pueden viajar, si se portan como el Partido quiere. Así que renuncian a tener opiniones personales, y viven la vida posible. Nunca han vivido en Democracia, con libertades (aunque sean relativas). Pero es claro que no han conocido la vida occidental. Y no la añoran. No pueden hacerlo. Tienen, respecto a nosotros, la misma ignorancia que nosotros tenemos sobre ellos.

            Tal vez nuestro error – incluso sin juzgarles – sea querer entender su actitud, sin tener en cuenta sus peculiaridades, sus experiencias, su ciclo vital. No podemos entender a una nación que tiene una historia tan dispar a la nuestra. Que formamos la primera generación europea que pasa su vida sin tener que acudir a un campo de batalla, a librar una Guerra Mundial contra otros europeos. Eso les pasa a los «Baby Boom«, que hoy tienen en torno a los 80 años.

            Lo que sí puede sacarse quizás como consecencia es que a China costó doblegarla 23 años de guerra continua. Más luego, digamos, otros 10 años de purgas y matanzas violentas, esparcidas por todo su territorio. Con millones de víctimas que dejaron este mundo, todo a lo ancho de su geografía. Eso doblegó el espíritu chino. Eso los hizo obedientes, posiblemente. Porque todos lo vivieron de cerca, en su localidad.

            ¿Se da cuenta el Lector de que ahora los políticos y sus Jefes reales tendrán que emplear varios lustros, más que para los chinos, para doblegarnos a nosotros, con lo mal acostumbrados que estamos a todo tipo de libertades, opiniones y libre expresión? ¿Y se piensan que vamos a seguir callados y sin sacar el genio en ningún momento de todos esos lustros? Muy optimistas parecen … O mucho nos minusvaloran. No les caerá esa breva …                           

 

     

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