Niñatos con ganas de emular a la Greta original

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Comentario de esta Casa. Niñatos con ganas de emular a la Greta original
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Aqui no vamos a indignarnos por las tonterías que hacen cuatro niñatos, fáciles de manipular en su rebeldía obligada. Como no hacemos un articulo por cada persona que cae fulminada tras haberse metido en el cuerpo vete tú a saber qué. Que ella tampoco lo sabe. Ni los suyos. Pero en este mundo loco, conviene que en algún sitio haya un poco de sensatez. Y no demos demasiada importancia a casos particulares. O nos estaríamos toda la vida hablando sólo de casos así.
Estos jóvenes que se pegan con Pegamento a puertas y ventanas, que echan puré de patatas sobre cuadros famosos protegidos por cristales que saben que están ahí. Y que por tanto no van a estropear nada. Realmente, se cuidan mucho de estropear algo valioso, porque se echarían a la opinión pública encima. Y eso no. Eso iría en contra de la campaña que pretenden: Que nos pasemos todos a su chaladura.
Sólo buscan publicidad. Una publicidad cómoda, barata, un trabajo de cuarto de hora. Que no agote demasiado. Saben que los altos cargos de país donde hacen sus tonterías están comprados y a su favor. Luego no tienen temor a las consecuencias. Al final, los dejarán en la calle.
Porque es evidente que es un «atentado» de baja intensidad, que cuenta con el Visto Bueno de las Autoridades del Museo. A las que ya han garantizado que no van a dañar obra alguna. De ahí el comportamiento sorprendente de las ujieres, bedeles o vigilantes. Que sólo se preocupan de decir que no se grabe el evento. Pero tampoco le quitan la cámara de las manos al cómplice de los autores. Y dejan plena libertad a los autores para que representen su farsa.
Un mundo de niñatos, de Gretitas y Gretitos. Porque estas son las semillas de la Thunberg. Les ha comido el coco a gente de su edad y de su Coeficiente de Inteligencia. Y todos a seguir la cuerda. Y creerse importantes por diez minutos. Además del aura de valentía que dejarán entre sus amigos y familiares.
Todo lo que podemos esperar de esta gente, de ellos y de sus mentores, son eso, farsas. Trucos de escenario. Son toreros de salón. Todos, sin excepción. Nada de lo que dicen pretender es cierto. Siempre hay un motivo oculto, un objetivo inconfesable. Por eso ha de permanecer oculto. El famoso «cambio climático» no escapa a esa definición. «Más falso que Judas», que decían nuestros mayores.
Pero si los supuestos «atentados en Museos» son inofensivos, otros muchos de sus actos son criminlaes y se llevan vidas por delante. Y eso es lo que no podemos permitir que siga por mucho tiempo. Sólo falta que el Gobierno encienda la mecha.
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