Los desalmados y los benditos

Los desalmados y los benditos

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Fuente: https://youtu.be/y099FeZsodk

 

 

 

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Comentario de esta Casa.

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            En esta ocasión sí que coincidimos en esta Casa con el Autor del vídeo compartido, cuando mira hacia el bando de todos los que no somos «despiertos» en este baile que nos ha tocado afrontar. Su análisis nos ha parecido preciso y acertado. No deja de ser un fenómeno insospechado, inesperado y electrizante ver cómo actúa la gente en ocasiones difíciles, muy difíciles.

            El problema que se nos ha presentado posiblemente sea el mayor problema que se le pueda presentar a un ser humano. Uno que atenta contra su seguridad, contra su vida y contra la de toda su descendencia. Por tanto, uno no puede quedarse indiferente ante tal amenaza. Pero no se trata del problema, ni tampoco de quiénes lo plantean, sino de las demás presuntas víctimas. Cómo se lo toman.

            Es un asunto que nos ha llevado algún artículo anterior. Porque uno pensaba que los demás harían lo que uno ha hecho: Darle importancia, enterarse, reaccionar, oponerse. Pero no. No ha sido así. Una mayoría ni se ha enterado, ni ha reaccionado, ni se ha opuesto. Han aceptado las informaciones que el Gobierno les ha dado y han seguido obedientemente sus instrucciones. Poniendo sus cuerpos en peligro. Como ya se ha visto. 

            Afortunadamente, el porcentaje de caídos – o severamente afectados – es mínimo. El porcentaje. Pero el tema de hoy es el comportamiento de la masa. Y el Autor hace una división muy simple, y a la vez muy amplia. Los causantes son criminales, gentes de la peor especie. No merecen vivir entre seres humanos. No lo son. Quienes están dispuestos a sacrificar a todos los demás, para salvarse ellos de unos asesinos, no son dignos de convivir con sus víctimas a futuro, si sus planes criminales fracasan. A esos el Autor del vídeo los llama «los desalmados». Es una forma suave de llamarlos …

            Pero lo notable del vídeo compartido es cómo explica el comportamiento de la masa dócil. Él los llama los»zombies» y «los que no quieren aceptar lo que pasa». Aquí ya nos hemos encontrado en la vida con esos tipo de personas. Pero los llamábamos de forma diferente. A los primeros los calificábamos de «cortos». Personas a las que no les da el cerebro para más. No son capaces de afrontar una situación fuertemente adversa. No son capaces ni de darse cuenta de que lo que se viene encima es adverso, letal. 

            Aquí a esos los justificamos más. Después de todo, no es su culpa. No han podido elegir. Es como si fueran niños de 3 años. A un niño no le puedes pedir que piense como si fuera ya adulto, o mayor de edad. Es lo que es, y su cerebro da para lo que da. No tienen la culpa de tener sólo 3 años. Pero, ¿y los otros?

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Los desalmados y los benditos

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            Esos ya tienen más culpa. Porque su cerebro las da para comprender lo que puede pasar, el peligro que se avecina. Pero – aquí defendemos – tienen «visión mágica». Otra manera de definirles es que decir que «viven en su torre de marfil».

            La «visión mágica» estaba mucho más esparcida en la Antigüedad. E incluso a mediados del siglo XIX ya pasado, cuando la guera de Secesión estadounidense, cuando el «Far West» americano. Una faceta de la «visión mágica» es que la palabra tiene poder creativo. Por eso los dioses creaban «con la palabra». Decían «Hágase tal cosa», y eso era hecho, empezaba a existir.

            Hay personas hoy en día que también confían en que ellas tienen el poder de crear con la palabra. Si lo dicen con mucha fuerza, muy convencidos, si dicen que «tal cosa no existe», dejará de existir. Para no pocas personas pedir a Dios es una forma de «visión mágica»: Confiar en que «lo que digo se hará». También se puede pensar de ellos que pretenden vivir «en su torre de marfil». Donde no entra lo que a ellos no les gusta. 

            En una hipotética torre de marfil – que ellos hubieran construído – podrían permitir la entrada sólo a sus amigos, a quienes les fueran favorables. Pero en la vida real … no hay «torres de marfil» exclusivas. En suma, que es una aberración, un absurdo, esa postura. Y tampoco les da el entendimiento para comprender esa limitación. Luego también son un poquito «cortos» …

            Menuda lección de Psicología aplicada nos está dando esta Guerra no declarada … 

 

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