importante ignorado y las frivolidades orquestadas
.
.
.
.
Comentario de esta Casa. Lo importante ignorado y las frivolidades orquestadas
.
¡¡¡Pero. hombre, teniendo la Guerra de Ucrania, el problema entre Israel y Hamás, la amenaza china sobre Taiwán, la temática con la esposa del Presidente del Gobierno, la Ley de Amnistía … ¿cómo no habla de nada de esto y toca el ridículo tema del 5G a estas alturas??? Alguien podria reprocharnos algo parecido a esto. Y le responderíamos lo que sigue.
«Verá Vd., caballero. Nosotros aquí nos dedicamos, dedicamos tiempo y neuronas, a tratar sobre problemas reales, mundiales, importan-tes. Problemas que suponen un peligro a la Humanidad. Un peligro real. Nos preocupa la Humanidad, nos interesa la Humanidad. No las dispu-tas lugareñas ficticias. No peleas de gallos, organizadas por farsantes que quieren entretenernos para que no nos fijemos en lo importante.
Nos interesa la Guerra real, esa Guerra que se intenta ocultar por parte de tcasi odos los Medios. La Guerra no declarada, que se pretende que pase desapercibida para el mayor número posible de bípedos «durmientes». Y el 5G forma parte de esa Guerra. Porque es una lacra que va poco a poco limando nuestra salud, la salud de todos. Tan poco a poco que no se nota, no se percibe. Pasa desapercibida.
Por eso hay que hablar de ella. Hacerla presente. Porque, si la dejamos operar durante 10 ó 20 años más, es posible que la generación siguiente esté tan debilitada por el 5G que no pueda ya luchar contra ello. Y nosotros, hoy, sí que podemos. Todavía no ha hecho demasiado daño. Sólo lo notan, de manera acusada, los humanos que son «hipersensibles a la radiación electromagnética». Y éstos son, hoy, una excep-ción. Tal vez uno entre 100.000 habitantes.
Pero le daré un dato para que comprenda el futuro. Hay un Doctor en Medicina que operaba en una región rural de un pais ajeno a nos-otros. Este Médico observó, entre los pacientes de su zona de atención, que los que vivían muy cerca de la Antena de Telefonía móvil que allí había, enfermaban del Virus famoso y morían. Mientras que los que residían lejos de dicha Antena sufrían lesiones mucho más leves, que supe-raban.
Y pensó – porque este Doctor en Medicina era una cosa rara, pensaba – que un Virus no puede tener una distribución del tipo gradiente: Más grave en ciertos lugares geográficos y más leves en otros. Un Virus no actúa así. Así actúa un foco geográfico, puntual. Una Central Nu-clear que estuviera en su zona actuaría así. Pero un Virus tiene otra forma distinta de matar. Una forma no geográfica, sino genérica, arbitraria. Y trató de resolver ese enigma.
Daré otro dato a nuestro hipotético detractor. Las Compañías de Seguros están observando lo que sucede, y se informan. Tienen Aseso-res, se los pueden pagar. Y han decidido que no van a segurar una «enfermedad» que se está haciendo cada vez más frecuente. No van a asegu-rar, y no aseguran ya, la dolencia llamada «SIA», Síndrome de Irradiación Aguda. Es un Síndrome, no es una Enfermedad. Un Síndrome es un conjunto de síntomas adversos, que se dan a consecuencia de determinada acción, no siempre bien conocida, contra el ser humano.
Y es de «Irradiación Aguda», por haber estado sometidos a una radiación intensa durante el tiempo suficiente. Porque la radiación resulta ser acumulativa. Es decir «poca mucho tiempo» equivale a «mucha poco tiempo». De SIA murieron muchos habitantes de Hirosima y Nagasa-ki. Y muchos trabajadores de la Central Nuclear de Chernobil, hace bastantes años. Así como los que trabajaron allá para desmantelarla. Tam-bién muchos de los voluntarios que desescombraron las Torres Gemelas, tras el desastre del 11-S. Porque allá se generó radiación concentrada. Y de algo similar morían ciertos pacientes de este Doctor.
Por eso aquí no hablamos de los conflictos provocados, para conseguir logros geo-estratégicos. Ni de los atentados de falsa bandera. O de las pugnas falsas entre «enemigos en España» y «Colegas en ciudades 1.000 Km. más al Norte». Ni hablamos de los temas que los Organiza-dores montan para que el pueblo se divida y discuta. Aquí hablamos de los problemas reales. No de las tonterías montadas para que discutamos de ellas y perdamos de vista lo importante, caballero.
Lo importante ignorado y las frivolidades orquestadas