Ya lo ha dicho. Y su mensaje coincide con el que vimos ayer, con el de las coincidencias. Estamos obligados a reflexionar sobre el problema existente. Debemos diagnosticar con agudeza, precisión y acierto. Luego, debemos coicidir en el origen del problema. Eso cuantos nos dedicamos a buscar la definición exacta del problema. Y llegados a esa coincidencia, hay que hallar la solución.
Inequívoca.
Única.
Óptima.
Eficaz.
Alcanzable.
Otro aspecto a definir es cuándo habrá que aplicar la solución al problema. También debe haber unanimidad especto a ese momento clave. Momento que debe estar perfectamente definido. Porque la unión de todas las reacciones es la que debe conseguir la superación de la agresión.
¿Dónde estamos? ¿A qué altura del proceso podemos entender que nos hallamos? Diríamos que en la definicíón del problema. Observamos con confianza que no pocos han llegado ya a la definición del campo. Del adversario. De las armas con las que somos atacados. Y la conviccion de que es necesaria una reacción.
Todavía se observa más de una solución posible. No está clara aún cuál será la solución a nuestro problema. Habrá que profundizar más en ese tema. Y nuevas informaciones seguramente nos ayudarán a encontrar esa solucion consensuada. Insistamos en nuestros análisis. Al menos tenemos recorrido en tercio de camino.
Ea s df g h j k lñ. Qué tal si les dijera
Fa s df g h j k lñ. Ga s df g h j k lñ. Ha s df g h j k lñ. Ia s df g h j k lñ. Ja s df g h j k lñ. Ka s df g h j k lñ. La s df g h j k lñ. Aa s df g h j k lñ. Ba s df g h j k lñ. Ca s df g h j k lñ. Da s df g h j k lñ. Ea s df g h j k lñ. Fa s df g h j k lñ wer we t d d er a dd f bd g.