Argentino y España La edad adulta y la infancia
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Con mi agradecimiento a Bea Talegón
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Argentino y España La edad adulta y la infancia Editorial Argentino y España La edad adulta y la infancia
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Argentina ha dado una muestra de cordura, honestidad y firmeza al exponer su rechazo al «cambalache» criminal preparado por los de siempre con la OMS y su nuevo Plan. No contentos con el daño que han hecho a la población del planeta con la falsa Pandemia de 2.020, ahora pretenden reforzar la autoridad de ese corrupto Organismo. Y así obligar a todo el mundo a seguir sus consignas genocidas. Compárese el discurso de Argentina con el penoso y vacío de España.
Parece ser que ese Plan criminal está condenado al fracaso. Ya en la primera votación, la votación de entrada, ha dado negativo a su Aprobación. Ahora seguirán insistiendo durante toda la semana, a ver si en la votación de despedidad obtienen lo que quieren. Hace mucho leí una frase que me gustó: «Yo no creo en el sentido común de una pequeño Comité. Creo en el sentido común de un gran grupo de personas.» E hice mía la idea.
La razón es muy sencilla. De un pequeño Comité se conocen los componentes. Lo que nuca se sabe es quién los ha elegido, ni qué criterios se han seguido para seleccionar precisamente a ésos. Por el contrario, de una gran concentración de personas, que no han sido seleccionadas con ningún criterio espurio, se puede esperar más.
Por tanto, si dos años de trabajo han conducido al rechazo a la nueva redacción de los términos del «Acuerdo», los «tejemanejes» de siete días tampoco van a lograr cambiar las cosas. Han sido cuatro años de sufrir las consecuencias del mando de la OMS sobre los Gobiernos. Y eso no los borran las buenas palabras, las manos en posición de súplica, ni las promesas de personas sin ninguna cualidad humana positiva. Quien ha demostrado durante 48 meses su verdadero carácter, no puede venir ahora prometiendo que será bueno y no hará mal uso de la autoridad que se le otorgue. No se le otorgará ninguna. Porque no somos niños de cinco años, a los que se puede engañar con un caramelo.
Los Políticos españoles sí lo son. O se han vuelto como niños de cinco años. Motivo por el que no se les puede tener más al mando de la nación. Ni a los actales gobernantes, ni a ningúna de las demás Formaciones políticas. Podría decirse Facciones. Porque todos han colaborado en el Genocidio pasado. Ninguno ha levantado la voz, en los cuatros años que tuvieron ocasión de hacerlo, para tratar de cambiar la marcha del genocidio en curso.
Podían haberlo hecho. No sólo en víspera de elecciones, sino a lo largo de la Legislatura. Pero hacerlo era significarse. Que lo señalaran con el dedo, y con el ceño fruncido, los Altos Dirigentes del Mundo. Y eso era la ruina, el fin de su mandato. Y eligieron seguir siendo cómplices de asesinato múltiple, de «crímenes contra la Humanidad». De los que no caducan.
Han elegido. Nosotros estamos eligiendo ahora.
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