A esto se puede llegar si no lo paramos antes

Por RT

          El 40 % de la población del país caribeño sufre de inseguridad alimentaria, en medio de una profunda crisis económica y social.

          En Haití, país sumido en una profunda crisis multifactorial y con una petición presidencial de intervención militar sobre la mesa, 4,7 millones de personas, que representan el 40 % de la población, sufren inseguridad alimentaria.

          De esa cifra, 19.000 llegaron por primera vez a «niveles catastróficos de hambre», según el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA).

          Desde hace meses, el país caribeño ha sido sacudido por una oleada de protestas que exigen la salida del mandatario, Ariel Henry, y que rechazan el incremento de los precios de la canasta básica, la gasolina y los servicios.

          En medio de este panorama convulso donde escasea el combustible, la violencia se recrudeció en las calles por la acción de peligrosas pandillas que se enfrentan por el control territorial.

          Esta «implacable crisis ha atrapado a los haitianos vulnerables en un ciclo reciente de desesperación» y ha hecho que el país se paralice, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Los niveles de hambre.    A esto se puede llegar si no lo paramos antes

          Según el último análisis de la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés), un récord de 4,7 millones de personas se enfrentan actualmente a «hambre aguda». En esta cifra se incluyen 1,8 millones en «fase de emergencia» y 19.000 en «situación de catástrofe», publicó la FAO.

          De acuerdo a las fases del IPC, quienes se encuentran en «hambre aguda» experimentan irregularidades en el consumo de alimentos y apenas pueden satisfacer las necesidades alimentarias mínimas.

          En la «fase de emergencia» hay grandes irregularidades en el consumo de alimentos que conducen a niveles muy elevados de malnutrición aguda y mortalidad excesiva.

vPor último, en la «situación de catástrofe» o hambruna, hay una extrema falta de alimentos con inanición, muerte, indigencia y malnutrición aguda crítica.

La situación en Cité Soleil.  A esto se puede llegar si no lo paramos antes

          La comuna Cité Soleil, el barrio popular más pobre y densamente poblado de Puerto Príncipe, tiene un «aumento preocupante de la inseguridad alimentaria» en los últimos tres años, según este Imnforme de Naciones Unidas.

          En la actualidad, el 65 % de su población tiene altos niveles de inseguridad alimentaria y, de ese porcentaje, el 5 % necesita asistencia humanitaria urgente.

          Al igual que en otras ciudades, el incremento de la violencia por la acción de los grupos delictivos que controlan la zona ha dificultado que los habitantes de Cité Soleil tengan acceso a puestos de trabajo, Mercados, Centros de Salud y alimentos. Algunos han tenido que huir de allí.

          Además de esta severa crisis humanitaria, la situación se ha visto agravada por la subida de casos de cólera, que ya causó las primeras muertes en esa nación después de tres años sin decesos por esta enfermedad bacteriana.

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Comentario de esta Casa. 

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          Hemos retrasado la publicación de este artículo – dando prioridad a otros temas – porque nos parece estar muy lejos de la triste situacion de Haití, uno de los píses más pobres de Occidente. Pero no queremos dejarlo de lado, ya que la situación actual de Haití es el desideratum de los Genocidas. La situacion a la que quieren llevar a todo el mundo. A todo Occidente, que es el prado exclusivo que ha quedado para ellos. Los BRICS, África y Asia se les han escapado. Felizmente para ellos.

          Nos quieren pobres, desnutridos, enfermos, inermes, sin acceso a Centros de Salud, con los Hospitales cerrados, por falta de todo, de electricidad, de medicinas, alimentos, personal médico, Enfermeras … Y con las calles en poder de pandillas de jóvenes desesperados, buscando comida y otras cosas. Saqueándolo todo y haciendo la vida todavía más imposible a los ciudadanos. El casos, la anarquñía más absoluta. Sin Fuerzas del Orden, con los políticos comprados y fomentando el desorden. Una nación así es fácil de esclavizar. Porque no tiene nada y se pueden poner las condiciones que se quieran para cualquier cosa que se ofrezca a la población.

          No somos pesimistas aquí. Estamos totalmente seguros de que a este extremo no llegaremos. Pero un toque de atencion no está de más. Y eso pretende ser este artículo. 

          ¿Por qué? Porque nos falta bastante para llegar a ese extremo. Ellos tienen este invierno a su favor. Han puesto en marcha algunas de sus armas de destrucción de una civilización y hayq ue ver qué efectos causan. Es la primera vez que lo hacen. En los casi tres años anteriores solo han atacado con las inyecciones, prácticamente. Cierto que han dañado de forma no desdeñable la economía, pero superficialmente. Las cuarentenas, los bozales y el lavamanos han sido armas de segunda fila. Sólo molestaban a la piel, a lo superficial.

          Ahora falta por ver hasta dónde profundizan el daño, con las armas preparadas cuidadosamente por los asesinos en serie. Se trata de medir el acercamiento a la situación de Haití que logran con Occidente en este invierno. Si nos acercamos mucho, habrá que preocuparse muy en serio. Y actuar. Porque quienes han tomado las decisiones que nos han llevado a una situación penosa son los responsables. Y habrá que pedirles cuentas. Y no sólo pedirles cuentas y que se disulpen. No. Habrá que echarlos de sus puestos y poner a otros que no estén «vendidos a una potencia extranjera», como se decía antes. Que harían falta actos, no palabras.

          De todas formas, falta sabe qué posibilidades existen de que esto se acabe, de que tanta tontería llegue a su fin. Porque ya está bien de aguantar a trafulcas, tramposos, vendidos, corruptos y chalados. Son demasiada gentuza llevando las riendas del planeta furante demasaido tiempo. Eso sí, que tiemblen los aludidos. Porque no habrá cuartel para ellos.

No se mata en serie a los propios compatriotas sin llevar el merecido castigo.

No se hace uno rico a costa de las vida de los demás sin pagar por ello con la propia vida.

No se arruinan naciones y uno se queda con su patrimonio y el que ha «afanado» delinquiendo.

No se cometen crímenes contra la Humanidad sin que la Humanidad reclame Justicia a los criminales.

¡Ay de los vencidos!, que se decía en la Antigüedad. Que tiemblen desde hoy, porque no habrá clemencia para ellos. 

Falta por decir las diversas maneras en que pueden ser derrotados. Pero eso, en breve.        

 

                    

Si el lector quiere enterarse de lo sucedido:

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